Me entran ganas de contaros cómo la aplicación de la ley de prevención de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo, gracias a la incompetencia y la hijoputez de algunas entidades bancarias, termina utilizándose para dejar a ancianos impedidos sin la pensión cuando estos más la necesitan.
Si tuviera un lanzallamas os juro que entraba en la sucursal y le pegaba fuego con todos los empleados dentro.