Los hombres en cambio nos hacemos anarquistas si no tenemos ninguna estrategia efectiva, o comunistas, si no tenemos ninguna estrategia correcta que llevar a cabo. El anarquismo es simbólico y testimonial, minorizado por los intereses espúreos. Y el comunismo autoritario, un error cuyo autor no sabe en realidad cuál es su intención última.