Cada vez que me paseo nuevamente por Twitter recuerdo lo que alguna vez me dijo mi vieja y que parece que a muchos no les hace sentido:
"Si no tienes nada bueno que decir, no digas nada".
No entiendo ese afán de muchos usuarios de esa red de mostrar su lado más bajo opinando verdaderas idioteces en cuanto tema se les cruzar por delante.