O sea, es una aberración que toda la caverna toque al unísono las trolas del fascismo y luego los desmentidos sean una cuestión de alcance informativo, ante el que ellos se encuentran en un compartimento estanco, y no de obligación deontológica. Las rectificaciones patentes han de ser obligadas por algún tipo de ente administrativo/profesional que por ejemplo disponga de un espacio reservado en los medios o un juzgado que actúe en menos de veinticuatro horas.