Mientras la izquierda liberal, con la que se encargan los autores de marcar distancias en esa obsesión tan del agrado del nazbolismo, daba junto a Merkel la bienvenida a los refugiados, Assad por ejemplo exigía que la entrada de los sirios fuera considerada como transitoria y la UE facilitara su regreso una vez concluida la guerra en sus zonas de origen. Y a la vez la derecha y extrema derecha europeas montaban una campaña de bulos y Assad confiscaba todos los bienes de los refugiados.