O sea, hay que rechazar todos y cada uno de los aspectos de este giro nacionalista, soberanista y conservador de la izquierda, sin ponderar sus razones y "argumentos", porque se debe a una operación de las cloacas nacionales e internacionales. En el debate y en la aceptación gradual de esa tendencia, o aparente "moda", se legitima a quien asume parte o todo ese ideario. Y lo necesario es atajarlo de raíz, desenmascarando esa operación como parte de la estrategia del nuevo fascismo ruso.