Entonces empecé a contarle las cosas a mi padre, con el que la relación era bastante mala (ya se habían encargado de destruirla con cosas de las que yo no tenía ni idea) y mi padre como muchas de esas cosas estaban relacionadas con política, hablaba con Caridad García, diputada de IU, y alguna credibilidad debió darme porque me envió a hablar con un abogado de IU que me recibió en un "piso franco" de una tía suya con seña de clandestinidad para ir incluida.