Así que pasé de ser el mejor amigo de Fernando, de ser inseparables, a ser el objeto de esa interesante óptica por la cual si me había encontrado unas amigas, mayores que yo, en las fiestas de Navalcarnero es que yo quería "traicionar a la persona que más quería y más me quería en el mundo". Eso, y algo que tenía muy clavado, y que le contó Miguel, de una vez que tardaba en abrir la puerta de casa y dije que "se estaría haciendo una paja" (recordemos que tenía 17 años).