Es que a la hora de que la izquierda se mire el ombligo no se puede sacar de la ecuación que la estructura está podrida de arriba a abajo por las cloacas. Y por ello la izquierda ya no es una máquina de construcción de ninguna cosa, sino que ha ido dejando de serlo a medida que las termitas la iban convirtiendo más y más hueca.