“Las luchas se ganan en las calles, en las plazas, en los parques, en las comidas colectivas, en los lugares donde se articula la comunidad. En el barrio de Coia decidieron ganar el juicio contra Diego”.
#^Barcos de papel en Vigo I La Marea
Ocurrió que el alcalde de Vigo tuvo la idea de gastarse 600.000 euros en sacar un barco del mar para colocarlo en medio de una rotonda. Como decoración. Y ocurrió que esa rotonda está en un barrio por cuyas calles transita gente en paro, gente sin muchas oportunidades, gente machacada por un sistema que los lleva aplastando desde que nacieron. Gente con rostros y cuerpos que caminan por las calles cansados de injusticia. Gente harta y cansada que se junta con otra gente alrededor de la parroquia del barrio y que construye formas de actuar capaces de desbordar la crudeza social. Gente que construye desde el afecto, el acompañamiento y la búsqueda incesante de la palabra dignidad. Gente cansada y desobediente que se planta en la rotonda para impedir que el alcalde gaste 600.000 euros en decorarla. Gente que no aguanta más y que no va a permitir que se destinen más recursos en sacar un barco del mar que en las personas, con rostro, que caminan por las calles del barrio.
Ocurrió también que las vecinas y vecinos decidieron instalarse en la rotonda para impedir que colocasen el barco y que allí construyeron la resistencia mientras articulaban vínculos, ideas y canciones. Mientras resistían se hacían más fuertes. Ocurrió que un día hubo un forcejeo con la policía y un chico salió corriendo y detrás del chico salió un policía y detrás de ambos Diego, que no quería que la porra o la pistola del policía lastimasen al chaval. Y en la carrera el policía se cayó. Se podía haber caído Diego o el chico. Las personas se caen a veces. Pero el que se cayó fue el policía y los policías no se caen. Siempre hay alguien que les empuja o les agrede. Y eso fue lo que dijo el policía, que Diego le había agredido. Fue el 15 de diciembre de 2014.