¡He estado en un Escape Room!. Y aunque suene de broma, era parte del trabajo.
En este caso, era parte del programa de emprendimiento feminista donde soy asesorada con Economistas Sin Fronteras. El resto de emprendedoras (odio la palabra), teníamos que resolver los problemas.
Pero he dicho: "mejor no lo recojo", y nadie ha pillado la broma.