Con la extrema derecha pisándole los talones, el nacionalista Bart De Wever no está muy inclinado a ir a unas nuevas eleciones en Bélgica. Mientras sigue insultando el sur socialista, rojo, comunista, diciendo que hablar con ellos es hablar con un cortina. Ese tiene sitio en la bancada de la extrema derecha, no confundir con el PP, en el Congreso español en ebullición.