La razón es fácil. Ser listo es fácil. Humillar a alguien que está equivocado también es fácil. Pero ponerse en su lugar, empujándolos amablemente a donde deben estar, entendiendo que tienen creencias emocionales e irracionales, al igual que tú también tienes creencias emocionales e irracionales; todo eso es mucho más difícil. Esa es la manera de no descartar a otras personas. Por lo tanto, pasar el tiempo trabajando la viga en el propio ojo, en vez de la paja en el ajeno. Sabemos que no responderíamos a alguien que nos habla de esa manera, pero parece que pensamos que está bien hacerlo a otras personas».