La acción colectiva contenciosa se ha transformado en las tres últimas décadas. Los movimientos sociales, en su gran diversidad, han impulsado propuestas innovadoras y usos de las Tecnologías de la Información y la Comunicación insospechados. A cada ola de potencia comunicativa orientada a la acción emancipatoria, es decir, de tecnopolítica para la autodeterminación colectiva y la deliberación, le ha seguido otra de injerencia corporativa y de control, es decir, de tecnopolítica determinante desde los intereses del poder y del capital. Contrastar las tácticas hacktivistas de las multitudes conectadas con la proliferación de estrategias de marketing y de contrainsurgencia en red, implica reflexionar sobre medios y fines en la era del colonialismo digital y de datos.