«[..]Y es que su modelo de ciudad no solo se ha demostrado injusto, sino sobre todo INVIABLE. En un mundo cada vez más inestable, más expuesto a las fluctuaciones del mercado, a las políticas neoliberales que privatizan servicios públicos esenciales, y a las estrategias predatorias de los fondos buitre, los centros sociales somos un punto de anclaje para la solidaridad, una fuente de convivencia y un lugar de tolerancia y libertad. [..]»