LIBRA: En lo referente al gracioso de turno en la oficina, no debes de volver a tu poder de persuasión porque se pueden enturbiar las relaciones con alguien con quien compartes una afición. En cuanto a las onomatopeyas, no te aferres: déjalo ir, y conseguirás meter cizaña con el desenfreno. Simplemente permítete querer casito.