Son momentos en que la humanidad tiene que defender de manera muy potente el derecho a la libertad de expresión.
En estos tiempos patas arriba, las añejas formas conservadoras que irrumpen salvajemente los estados, quieren detener y retardar la acción de las millones de voces humanas que reclaman todos los días por justicia ecológica y social.
Nunca hay que esconder la valentía de plantarle cara a los gobiernos detestables que quieren callar cobardemente por siempre la verdad. La libre expresión es parte de nuestra huella humana que nos identifica como seres transformadores.