Me quedé pensando en cómo es que Facebook (y también Twitter) fomentan, efectivamente, el contenido polarizante y de odio. Si han estado en alguna de estas redes, habrán conocido cuentas destinadas a exhibir la "superioridad intelectual", como por ejemplo, EsDeMamador en Twitter y su similar en Facebook, Gente que le encanta estar mamando.
Son lugares donde muestran comentarios que, en ocasiones, sí rayan en lo absurdo, como una chica que afirmó que se aburría viendo la última película de los Avengers y que prefería leer un libro en fotocopias en plena sala de cine o las mamás que afirman que sus niños pequeños ya saben algún concepto complejo que normalmente se enseña en instancias educativas superiores.
En una ocasión, en las dos páginas, exhibieron a una chica argentina que escribió tuits donde decía cómo podía estudiar cuatro carreras al mismo tiempo y finalizaba con una frase muy cierta, que decía algo así como "para estudiar necesitas tener amor al conocimiento, porque si no, la escuela será una tortura"... Y con eso tuvo para ser atacada y humillada por cientos de usuarios de estas redes, con comentarios como "la eterna estudiante que nunca trabajará", "va a seguir dependiendo de sus papis toda la vida" y otros peores, al grado de causarle depresión.
Hace unos días me di cuenta que restringió sus cuentas en redes cuando había guardado en mi navegador unos posts suyos dónde explicaba las herramientas que usa para organizarse y poder planificar su trabajo académico y ya no pude ver nada, ya que no la seguí en Instagram y Twitter es un lugar donde prefiero no pasarme.
Pensé en todo el odio que recibió tan solo por mostrar algo de lo que estaba orgullosa y de cómo por eso le destruyeron la vida, y es algo muy feo. Y lo pienso también por el hecho de que estás plataformas dicen en el discurso que combaten el odio y la desinformación, cuando en la realidad, no cierran sitios como los que mencioné en el primer párrafo de este texto.
No cierro Facebook porque sigo contenido que solo está ahí y que, para mí, vale mucho la pena (una revista literaria y los Developer Circles, por ejemplo). En el caso de Instagram, sigo a creadores de contenido de psicología sobre mis trastornos y fotografía que publican trabajos geniales. He pensado en traer algo de ese contenido aquí al fediverso en alguna de las cuentas de respaldo que tengo.
Pero es cierto, a Zuckerberg y a Dorsey lo que les interesa es ganar dinero, aunque en el proceso para generarlo causen daño a las personas. Y si alguien se atreve a combatirlo, como el que hizo la extensión para dejar de seguir cuentas masivamente en Facebook, lo amenazan con demandas.