Conclusiones del finde.
1) Mis hijos no tienen límite en cuanto a ir despacio. Cuanto más tiempo tienen, más tardan.
2) Siempre. Y repito, SIEMPRE, se puede comer más. Parecía que no, pero sí.
3) Doy miedo. Hay una foto mía comiéndome un pincho moruno gigante en la que tengo cara de loco asesino. Según Misslevi "es tu cara normal, cariño". Empiezo a entender ciertas cosas.