El 11 de enero de 2013, a los 26 años, Aaron Swartz fue hallado sin vida en su casa de Brooklyn. Desde hacía dos años se encontraba inmerso en una persecución judicial por parte de la Fiscalía del estado de Massachusetts, acusado de fraude electrónico y fraude informático, entre otros cargos, por los que enfrentaba una condena máxima de 50 años de prisión y multas de cuatro millones de dólares.