Tristes acontecimientos; el fantasma de la gran guerra acecha en el viejo mundo, mas nadie parece verlo; parece lejano, improbable.
El llamado conflicto ucraniano-ruso es una cortina de humo que enmascara la verdadera disputa: la reorganización del poder en el mundo y la lucha por la hegemonía.
En este juego, Europa está siendo arrastrada a una nueva conflagración, en parte también por su propio afán imperialista.
Para dominar el mundo, Estados Unidos debe primero destruir a Rusia; luego seguirá China. Para ser hegemónica en el continente europeo, la Unión Europea ha de deshacerse de Rusia. Estados Unidos ya domina a Europa.
¡Pueblos europeos, despierten ahora!
¿O acaso olvidaron ya el inmenso dolor de la guerra?