En donde habito, dos grupos criminales se disputan el territorio; ambos son regenteados por asesinos al servicio del poder. Cuando hay enfrentamientos armados la población se oculta donde puede, esperando que todo termine pronto. Nadie toma partido por ningún bando, salvo quienes están vinculados con alguno de esos buchones.
Si la gente de mi barrio sabe que no hay grupos criminales deseables, sino vulgares mafiosos, no logro entender que a nivel internacional la gente tome partido por alguno de los imperios que se están disputando el planeta.