El 11 de marzo de 2011, Japón sufre el terremoto más fuerte de su historia, alcanzando los 9.0 grados en la escala de Richter lo que provoca miles de muertos y heridos además de un devastador tsunami que arrasa todo lo que encuentra a su paso en zonas del noreste del país. El país entrará en alarma nuclear por las explosiones y fugas habidas en las centrales nucleares, sobre todo en Fukushima.