Curiosamente, la parte más alta de esta iglesia, el campanario, es la que todavía aguanta, firme, y sin apenas grietas que la debiliten. Hace años que las campanas dejaron de sonar aquí. De hecho, también hace años que alguien se las llevó.
Se encuentra rodeada por las casas de un pueblo, todas ellas en ruinas. A día de hoy es casi como un museo, al aire libre, de recuersos y de una vida totalmente distinta a la que tenemos ahora, pero no tan lejana como pensamos. 🔦