Un consejo útil que me han dado aunque no siempre logro poner en práctica, es el de no hacer nada, no decir nada si estás molesto, irritado, enfurecido, iracundo. Después podrías arrepentirte y no será fácil arreglar el daño causado a otros en esos momentos.
Las heridas emocionales duelen más que las físicas y tardan mucho más tiempo en sanar.