“Un mundo cada vez más artificial e inhabitable amanece sembrado de instalaciones nucleares, transgénicos, centros comerciales, autopistas, vertederos y zonas residenciales, configurando un espacio donde se desarrollan a sus anchas el control social, el urbanismo depredador y la degradación ambiental, y donde la pérdida de la autonomía colectiva y el desmoronamiento moral y psíquico de los individuos tienen carta blanca para progresar indefinidamente.”_ Miguel Amorós