"Una ilusión común es la de las formas de gobierno. Se cree disminuir la tiranía suprimiendo al tirano, y establecer la libertad por un decreto. Se supone que la figura de la vasija cambia la naturaleza del líquido, y que una Constitución y un Parlamento sirven para algo. Se asombra la gente de que sea exactamente tan imposible ejercer los derechos cívicos ahora que se reconocen y recomiendan por la ley, como en la época de un despotismo concentrado en un hombre y consagrado por el pueblo. Es que el sentimiento de la dignidad personal no es obrade políticos. No es en los convenios de los conspiradores con suerte donde nace la justicia, sino en los hogares. No es en las costumbres públicas donde empieza el progreso, sino en las privadas. Cuando los corazones siguen intactos, las reformas escritas se reducen a un detalle grotesco."_ Rafael Barrett ("El dolor paraguayo")