#NO... mi madre me contaba que nunca había oído llorar a un bebé con tanta angustia como lo hacía yo, mi padre recordaba que a veces tanta angustia me llevaba al desmayo, mi hermano se sumaba apuntando que no encontraba forma de darme consuelo... siguió en la niñez: la siesta, el colegio, sentarse a comer, ... en cada norma en cada nuevo paso "para hacerte mayor" encontraba un motivo para oponerme para ponerme en contra del mundo, la visión del mundo adulto era un continuo generador de tensión y angustia, la hostilidad con que te arrastran a la madurez es brutal, lo comprendí pronto, familia entorno amigos compañeros todos esas estructuras representaban muros cadenas de las que mi cuerpo y sobretodo mi mente querían huir ... Hoy pienso que ya el primer llanto desesperado era la única manera que tenía de expresar mi total desacuerdo, mi manera de gritarle al mundo que no quería estar que no quería ser, que hasta mi forma era un error, quizás piedra quizás musgo quizás cuervo quizás agua del deshielo, cualquier cosa hubiera valido cualquier especie hubiera sido mejor antes que la humana...