Mi experiencia como usuaria de Twitter y Mastodon es que son espacios diferentes. Twitter para mí es un espacio conversacional, una mesa en una tertulia de un café galdosiano bullicioso donde se habla de todo "en plan follón" que diría Carmen Martín Gaite. Mastodon sería como una librería de viejo donde encuentras información inesperada sobre temas y conversaciones públicas que un algoritmo no te manda.