Mi primer juego en red fue F-29 Retaliator, un simulador de vuelo, allá por 1992, en las BBS.
Éramos muy pocos, y nunca me lo he pasado tan bien, ni siquiera cuando jugamos posteriormente a Doom y Quake, con mucha más gente. Lo mismo me ha pasado con las redes sociales: lo divertido son los principios.
Por principios, precisamente, abandono Twitter y me busco un lugar mucho menos concurrido, a ver si me divierto en lugar de tener que taparme la nariz.