No es casualidad que todos los despidos de las plataformas sociales coincidan con la DSA que va a responsabilizarles por sus contenidos. Eso, unido a la competencia por la publicidad: las redes sociales compiten con la prensa y con sus propios influencers, y no hay pastel para todos.
Lo sentimos por los trabajadores, y en solidaridad con ellos dejaremos de usar Instagram, WhatsApp y Twitter. Con Telegram y Mastodon vamos tirando.
Vamos despacio porque vamos lejos.