A los 31 años, la mujer se convirtió en "la joven más multimillonaria hecha a sí misma" de EE.UU. por su éxito con Theranos, una empresa tecnológica de salud que en poco tiempo logró impresionantes ganancias. Decía haber desarrollado una máquina que podía realizar una serie de análisis médicos con solo unas gotas de sangre extraídas de un pinchazo en el dedo del paciente. Sin embargo, su compañía colapsó después de que una investigación del periódico The Wall Street Journal hallara que los dispositivos no eran tan eficaces como aseguraba.