El no querer subir los sueldos de los trabajadores tiene más que ver con los márgenes de ganancias groseros que los empresarios o los socios desean obtener a partir de sus empresas o inversiones.
Es verdad que si se incrementan los sueldos, los gastos de producción también son mayores, pero siempre puede hacerse una reducción del margen de ganancia para que, aunque se suban los gastos, el costo final quede igual.
El problema real es que, muchos privados desan obtener márgenes de ganancias exorbitantes, 60 o 70%, cuando que, en estricto, un máximo del 30% es adecuado para el crecimiento empresarial. Por ello, subir los salarios no debería implicar un impacto desastroso para la Iniciativa Privada (IP).