Fue precisamente en un concierto de su banda cuando Mick Jones, después de 20 años de separación, volvería a subir al escenario con su amigo Joe.
Si alguna vez The Clash estuvieron cerca de volver a juntarse, fue aquel día.
Pero días más tarde, paseando a su perro por el campo, donde vivía tranquilamente, Strummer caería muerto a los cincuenta años de edad por una afección cardíaca.
Descanse en paz una de las figuras más influyentes de las últimas décadas.