from Eulixe
Locución y texto: Carlota Miranda ('No es nada personal') Adaptación en vídeo: Eh!
Si les preguntaras a tus amigos, a tus familiares, a tus compañeros de trabajo, a tus vecinos... que a qué clase social pertenecen, ¿qué te contestarían? Probablemente, lo mismo que contestarías tú. "¿Yo? Clase media". Y lo más seguro es que la inmensa mayoría de ellos no lo sean. Ese, precisamente ese, es el origen de muchos de los problemas con los que convivimos en este país. La falta absoluta de conciencia de clase.
Nadie nos habla de ella, nadie nos educa para tenerla. Pero es lo que nos une como individuos y lo que nos da fuerza como grupo; por eso hay un interés especial en que se confundan términos. Si necesitas trabajar y recibir un salario para vivir, perteneces a la clase obrera (clase trabajadora). Es así de simple. A menudo, la gente relaciona erróneamente el tener un buen sueldo con pertenecer a una clase social superior. Pero si perder tu trabajo implica perder tu única fuente de ingresos, perteneces a la misma clase obrera. Seas cajero, barrendero, albañil, profesor, periodista o ingeniero.
La clase media, por su parte, es aquella que se puede permitir no trabajar si así lo decide. Aquella que puede vivir de rentas (propiedades, inmuebles, tierras, inversiones...) sin necesidad de recibir un sueldo derivado de su trabajo. Esas rentas pueden ser heredadas, por haber nacido formando ya parte de esa clase media, o ser adquiridas, por haber pertenecido a la clase obrera y haber tenido un trabajo estable y bien remunerado que te haya permitido invertir y subir ese difícil escalón.
Tener conciencia de clase ayuda a entender la realidad en la que vives, ayuda a asumir tu parte en ella y ayuda a fomentar el respeto y la solidaridad entre iguales (que poco o nada tiene que ver con el paternalismo entre no-iguales). Pero como esa conciencia brilla por su ausencia, la gente no sabe todavía cuál es su posición en las relaciones de poder en las que nos movemos a diario. La gente, desgraciadamente, no sabe todavía quiénes son sus iguales. La gente prefiere vivir bajo la comodidad que les proporciona la falsa idea de pertenecer a una clase superior a la que realmente pertenecen, aunque hacerlo implique necesariamente dejar de luchar por llegar a donde ya crees haber llegado.