Notices by La Historieta Musical (Jesús) (lahistorietamusical@mastodon.social), page 3

El 1 marzo del 69, en un concierto en el Dinner Key Auditorium de Miami, Jim incitó al público al hedonismo más desenfrenado y sin complejos.

Según las autoridades, enseñó sus genitales al público, algo que la banda negó en el juicio posterior.

Pero el daño ya estaba hecho.

Mientras llenaban recintos como el Madison Square Garden y conseguían números uno, Jim se planteaba el sentido de lo que hacían.

Si era un verdadero artista, o solo un cantante manejado por la industria.

El teatro de vanguardia le dio la respuesta.

Y Miami fue la consecuencia.

Las consecuencias de aquellos incidentes y de la autodestrucción personal de Morrison se hizo palpable en conciertos suspendidos y mal ambiente interno.

Mientras, el grupo oscilaba entre un disco más pop, "The soft parade", y el retorno al blues más visceral de "Morrison Hotel"

Después de aquello, Jim necesitó alejarse.

El poeta se había perdido dentro de la estrella de rock y buscó, con Pamela, el amor de su vida, reencontrarse consigo mismo en París.

Atrás dejo su último disco con la banda, aquel "L.A. Woman" que incluía "Riders of the storm"

1970 alumbró unos Doors rotos y un Morrison estragado física y emocionalmente.

Los conciertos de Boston en abril acabaron en desastre.

Ebrio e incontrolable, Jim, transformado en Jimbo, su alter ego oscuro, gritó obscenidades cuando el promotor decidió parar aquella debacle.

Sobre la muerte de Morrison se ha escrito casi tanto como la de Elvis o Michael Jackson.

Se han elaborado muchas teorías, lógicas unas, delirantes otras. Incluso, como con El Rey, se ha dicho que no murió.

Su figura se ha convertido en un mito.
Y los mitos son imprecisos.

Atrás quedaron grabaciones que formarían el póstumo "An American Prayer".

Atrás quedaron tres amigos y compañeros de banda que no sabían que no volverían a verle con vida.

Y en París, apenas unos meses después de haber llegado allí con Pamela, el Rey Lagarto encontró su final.

Hay quien dice que murió de sobredosis de cocaína en un club, y que le trasladaron, ya cadáver, al apartamento.

Hay quien dice que fue Pam, que moriría 3 años después y a la misma edad, 27 años, quien le inyectó una dosis mortal de heroína, porque el temía a las agujas.

Pamela Courson encontró su cadáver en la bañera del apartamento donde residían la mañana del 3 de julio de 1971.

El forense determinó que murió un ataque al corazón. También determinó mal el peso y la altura del cadaver, lo que alimentó la paranoia.

Y no hubo autopsia.

Y en 2014, Marianne Faithfull, aquella chica de voz lánguida enamorada de Mick Jagger que casi encontró su final en la espiral de las drogas para renacer como una musa de voz quebrada, confesó que su novio de entonces, Jean de Breteuil, fue quien le vendió a Jim la dosis fatal.

Dicen que el sueño hippie terminó en aquel festival de Altamont donde los Stones tuvieron la mala idea de encargarle la seguridad a los Hell's Angels.

Igual solo terminó cuando la gente despertó de una larga fiesta y comprobó que el mundo no había cambiado tanto.

Puede.

Imprecisiones. Mitos.

Quizás lo único cierto es que aquel chaval de Florida, dominado por un padre autoritario, refugiado en la poesía romántica y simbolista, arrastrado por la música y las drogas, encontró a los 27 años su final.

Y aquel final fue un símbolo de muchas cosas.

Cinco muertes jalonaron aquellos últimos meses que cerraron la década de los sesenta.

Cinco muertes envueltas en una casualidad: la de una edad concreta, 27 años, que creó otra leyenda más.

Brian Jones. Alan Wilson. Jimi Hendrix.

Janis, eterna Janis Joplin.

Y Jim Morrison.Janis Joplin y Jimi Hendrix, frente a frente en animada charla en el camerino de Monterrey. Rolling Stone.

Muchos grupos de música desaparecieron en la vorágine de los días sin fin o, más calmados, se profesionalizaron.

El rock, que iba a estremecer los pilares del mundo, fue absorbido por la industria y los 70 ya fueron otra cosa.

Y muchos otros se quedaron en el camino.

Y este ha sido el fin de esta temporada: un homenaje a un artista y a un grupo que marcó mi adolescencia.

Supongo que no estoy solo en esto. 😉

Si te ha gustado este último hilo, ¿lo compartes antes de pasar a las despedidas?

https://mastodon.social/@LaHistorietaMusical/112785830651789707

La muerte de Jim fue como el último trago que se da al terminar la fiesta.

Antes de marcharte a casa para despertar al día siguiente en una resaca oscura y amarga.

Cuando se encienden las luces, como decía su propia canción.

Cuando la musica se acaba.

Y este fue el fin.

Y ahora sí, las despedidas.

Ha sido una temporada intensa, por muchos motivos.

Los personales, porque este año terminé un libro "El nudo trenzado y otras historias mediocres" y porque volví a ser padre. Muchas emociones.

Y también porque escribí y terminé otro libro más.

Un epilogo necesario: la tumba de Jim.

Su lugar de descanso en el cementerio de Père-Lachaise de París se ha convertido en un punto de peregrinaje obligado para fans del cantante.

Hasta el punto que tuvieron que quitar el busto por los intentos de robo.

Otra vez el mito.

Sabréis más de él después de verano, más o menos cuando volvamos con la cuarta temporada, o quizás antes.

Va a ser el primer libro de #LaHistorietaMusical.

Estará lleno de historias de la música. Y la de Jim será una de ellas.

Y me muero de ganas de que salga a la luz ya.

Los videos insertos son de un concierto en Toronto del 67, excepto el fragmento del padre y la madre, del Hollywood Bowl del 68.
Las fotos han salido de Wikipedia Commons, Discogs, Rolling Stone, ABC y RTVE.
Están descritas y acreditadas, y cuando corresponde, con su licencia.
https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/es/deed.es