quédate contémonos el mundo desde el cuento lejos de la lapa que desgasta dentro de la carne compartida cantémonos camino abriguemos la lengua que nos tiembla en el sueño común quédate
dejemos de ser números invisibles vayamos a lloverle al agorero estropeemos el ansia que se agolpa en las puertas de los cuerpos indefensos
ven quédate contémonos cantémonos abramos pongamos la pieza
líbrame señor de la identidad trae aquí esa mano repleta de premios para el obediente que la pueda morder
líbrame señor de sentarme en el templo de aplaudir en los estadios de relamerme cuando a otro le toque el papel de chivo o de culebra líbrame de creer en los que dicen portar en sus cuerpos lo certero poseer la caja fuerte de la verdad extirpada de la sustancia común con la precisión de un veneno indetectable líbrame de la sumisión a los chamanes marionetas de Troya que se prestan a vender carne de niño en los mercados aleja de mí a los palmeros que no comprenden la naturaleza volátil del canto
líbrame señor de la contención de la vergüenza que lleva al abandono de los dones más extraños líbrame de intentar la norma de los perversos deja aquí ese supuesto mal simplificado ya veremos los raros qué hacer con los huesos que retumban y el cuento del pecado aléjate de esta orilla olvídate señor de este hatajo de herejes déjanos caer que tenemos costumbre de levantarnos
háblale a tus hijos de la belleza que sepan que seguirá existiendo cuando la maquinaria caiga encima de su cuerpo adulto preparado para claudicar
háblales de la grieta que aprendan a buscarla a saber dónde se abrirá y la forma de pasar a través de ella
háblales de las promesas de que son sobre todo parafernalia colorete para endulzar engranajes de que cuenten con su querencia y vayan más alla de lo debido
háblales con cuidado de lo vivo en lo que muere deja migas por el suelo respeta sus apetitos ofréceles siempre el bosque la posibilidad del claro la visión del camino inexistente
cuando cierra la puerta a la entrega cuando pretende tapar la grieta y lo roto cuando adorna con flores la cadena y apila excusas para no nombrar la rabia cuando no nos permite disolvernos desaparecer en el deseo y la duda no es buena educación es cárcel camino pautado con amenazas no es lugar para sembrar cuevas o echarse a dormir para que el sueño termine de descifrar lo que queda de cuna en esta postura tan rígida allí no podrá crecer el amor ni encenderse la voluntad de darnos a lo vivo allí no podrá nacer lo posible ni la orilla sabrá ofrecernos la tentación de los horizontes allí todo es pauta y repetición allí las personas son combustible
se desordenan órdenes se desafilan filos se revelan rebeliones se desinfla se destensa se desarma le esperamos porque aquí se desdesespera a las gentes
la chicharra entrega el chirrido el estruendo de sus patas asevera la existencia de un espacio sin nosotros ordena sobre mis labios la ausencia de sombra el pálpito de la furia entre terrones y polvo un tiempo detenido despierta el alivio de no ser necesario desaloja la razón la somete y la coloca junto al cuerpo me recuerda con su canto que lo bello puede ser tirano y estar cerca de la muerte resquebraja la pátina de control esa seguridad de poder ejercer la violencia contra lo débil la chicharra es lengua afilada sobre la costumbre recordatorio del afuera respiración ancha y hambre de mundo completo decir abierto de lo desatendido
Hola! Vine por aquí buscando un lugar donde compartir letras.
Siempre he sido de apresurarme a escribir, lo que se me escapa de las manos, por mucho que apriete. Lo que va un paso por delante, por mucho que corra.
Todo aquello que se me acaba escurriendo, termina colgado de cualquier línea, de cualquiera de mis libretas, en cualquier hoja donde practicar puenting, sin cuerda.
nos ceban las ganas con luces y promesas hasta que no sabemos de quién es el deseo degradado a capricho de dónde nace el ansia por remontar río arriba la corriente hacia el tajo en mitad de lo posible nos llenan con chirridos y serrín hasta taponar hambre nos marcan las horas para abrir el pico que pide papilla sombra regurgitada sabor idéntico tras mil formas nos aplastan el gusto desencajan el olfato nos alejan del cuerpo hasta que no recordamos hacia dónde fluye la sangre si la dejas
desnortarnos, despistarnos, tomar el sendero que enreja la zarza, saber la clave y abrazar la ruina. templar la carne monstruosa, poner a la sombra lo cierto, alta voz del sur que trae jungla. en el descampado se sostiene el pórtico antiguo y la orilla, podemos atravesar el destello, ese yo monolito que constriñe, podemos deshacernos de la costra y el guion, armar entre los nadie candela, alimentar al golem con poesía, dejar que se asiente el polvo de lo impedido para que aparezca en los labios el no rotundo que afirma.
que la mente no es mente ni está sola ni es nada sin el resto del territorio sin poder desconocer desde el cuerpo herido las articulaciones abiertas la prisión abandonada debajo entre las costillas la capacidad de llevar simiente en la boca de usar las manos para el disparate de convertir parterre en selva y sacar de paseo a esa criatura que se extraña ante la sed del naranjo que no es solo razón máquina reactiva que resuelve problemas enconados de superficie que no está sola que va con nosotras que puede revivir en ella el instinto de sentir que desmenuza el pensamiento
Un año más tarde, Flor del Caos aún me da sorpresas preciosas como estas. Estoy tan contenta de la gran acogida que ha tenido, a pesar de todos los prejuicios... a pesar de ser Poesía, como dice la gente. Puede que mi labor sea llevar Poesía a los corazones más arrugados...
He pedido permiso para poner esta breve reseña, espero que os emocione igual que a mí, leerla.
Amigues de este lado norte de los límites indescifrables de la ciudad de México... Este sábado presentaré Amargo Blues (mi traducción a The Weary Blues de Langston Hughes) con un excelente músico que acompañará la lectura en voz alta de los #poemas.
Será en un lugar muy lindo que es la Cafebrería El Deleite, en Ciudad Satélite.