Llegando a Navalmoral de la Mata, casi tres horas después de la salida de Badajoz. Esperamos poder bajar para ir al servicio. Hay que tener vejiga de acero para hacer este viaje: mi próstata está protestando.
A finales de los setenta viajábamos del pueblo a Barcelona en el TER y luego en un expreso con literas. Era todo un lujo tener lavabo en el vagón.
Cuarenta y muchos años después dependemos de la benevolencia del conductor.