Es el cumpleaños de una persona que conozco desde el parvulario. Siempre nos llevamos bien, incluso después de haber convivido años. Hace años que no hablamos por la lejanía que de modo natural se da a veces con el paso del tiempo. Desconozco dónde está, qué hace, con quienes comparte su vida, etc. Siento que nuestra relación, en este momento, está bien así y le deseo lo mejor.
¿Le escribo para felicitarle o lo dejo estar? Temo que de iniciar conversación la siga y pregunte formalidades "para ponernos al día" (esas que sin la excusa de su aniversario hace años que no le interesan). La sola posibilidad me produce desasosiego.
Aquí y ahora tengo más conexión y ganas de charlar, en público y privado, con muches de ustedes (que apenas he visto en fotos y ni falta que me importa, mucho menos desvirtualizar) que con esta persona de mi pasado.
Me cuenta mi prima que la señora que les vendió el piso acordó por contrato dejar algunos electrodomésticos pero que fue muy mierda y al final les dio el cambiazo con la lavadora a una peor (la que le dejaron en la nueva vivienda que compró y donde puso la suya de siempre). Que se dieron cuenta porque la anterior estaba perfectamente "enclaustrada" en un hueco y la que encontraron daba el cante.
Encastrada a la palabra, enclaustrada a la vida, ella.
Según voy experimentando situaciones y planeando y ejecutando tareas también, en ocasiones, tomo notas mentales para entintar la página del diario con ellas (con lo que permanece -o yo creo que lo hace- desde que ocurrieron hasta el momento de la escritura). Es un modo como cualquier otro de llevar ingredientes a un dietario, supongo que uno apegado al concepto de escritor de brújula. Este proceder que pretendo utilizar no me vale. Mi cabeza es una comarca. Tengo tanta actividad cerebral absorbiendo, conectando (¡conectando!) y asentando ideas, sucesos y saberes que pedirle labores de secretaría roza la autoexplotación.
Sí, soy consciente de que olvidé lo que pretendía escribir aquí; sí, siento cierta culpabilidad. Ya me he confesado en esta metapágina. Contrito y sin penitencia. La flagelación para el BDSM.
Noviembre y diciembre son los meses en que más me nace rodearme de historias tenebrosas y fantasiosas. Cuando el mundo se empeña en torturarnos disfrazando de festividad religiosa la última fiesta capitalista del almanaque y Mariah eleva su estatus de rentista a rentista oro black label, yo siento que la actitud más consecuente en mi hogar es dialogar con los fantasmas.
Asisto a cada estreno de Tim Burton con desesperanza y curiosidad. Ya vimos "su genio" cuando mancilló a Alicia, y su desgana al firmar aquella trinidad negra que fue Sombras tenebrosas, Big Eyes y Miss Peregrine. Sin embargo, los destellos de otras posibilidades nunca han faltado.
Biltechús Bitelchús más que suficiente, es interesante. La secuela expande la historia conservando lo bueno y agregando adornos poco molestos.
Un acierto de dirección en la trilogía ESDLA (aka TLOTR) versó sobre los efectos especiales. Como Aménabar haría luego en Ágora, se construyó para mostrar y destruir, al estilo del cine clásico. Había maquetas preciosistas que eran suelo feérico al que deseabas entrar. Burton, en su primer cine, así trabajaba y ahora ha retomado (esos suelos geométricos en blanco y negro...) integrando con mucha mano efectos digitales.
Justin Theroux aparece feo. ¿Cómo ha logrado ese efecto? Santiago Cabrera, guapo pese al pescado. El maquillaje de Willem Dafoe, en cambio, es fallido, artificioso. Monica Bellucci gana estéticamente la partida pero su personaje no pinta nada en la historia... Me duele reconocerlo, pero Catherine O'Hara, esa grande, tampoco tiene un personaje lucido.
Me gusta que parezca que tengo vida cuando estoy sin publicar demasiado. Solo estuve entre sábanas y toallas y arreglando unas flores en los jarrones que he encontrado por casa con mi madre, exprimiendo su visita. Y ya de camino deshaciéndome de lo prescindible. Pero eso nunca lo diré, dejaré a la gente de la internet, ese ruido de fondo -a veces cansino, la mayor parte del tiempo bonachón- pensando que por fin me conseguí una vida propia. Cada día performo mejor y gasto un cutis más fino. Cualquier día me llevan presa por haber roto el marcador de tías divinas.
@SolamenteItan o un sueldo Nescafé, soy una señora de pocas necesidades. O una sugar person, quién sabe si alguna de tus personalidades pueda ser la agraciada y mantener a este bombón de pelo corto y cierta edad.
Doñe dramas, chica in y Master del universo.Estrella, mamarracha y obrera del pop. Uso todos los pronombres y rezo a Britney y Chelo García-Cortés.<<La vida se hace bola. Internet mola. La bajona no perdona.>>Apuñalo la realidad: performo para difundir cultura popular, sucesos y saberes humildes de hoy y siempre, el pop (#popazo #mymadbaddiary y #briconsejo): joterías bobas.Uso señora como palabra unisex antónimo de señoro, una poquita bubbly y sultry.¡Mamoneo, cachondeo y mariconeo!